Originario de Tuxtla Gutiérrez, ha logrado colocar su mirada en el escenario nacional gracias a una sensibilidad aguda para narrar, a través de la imagen, las historias vivas de los pueblos originarios del sur del país.
Su más reciente logro fue obtener una mención especial en la categoría C del 14º Concurso Nacional de Fotografía sobre Diversidad Cultural y Derechos Humanos, organizado por la Secretaría de Cultura, la SEP y el Instituto Politécnico Nacional.
La fotografía premiada fue tomada en Suchiapa, durante la festividad del Corpus Christi, y se centra en la danza del Calalá. Lo que captó su atención fue la forma en que los danzantes encarnan el lenguaje corporal del tigre. “Fue ese gesto, esa conexión entre cuerpo, rito y memoria, lo que me hizo disparar”, recuerda.David no llegó a la fotografía por la vía tradicional.
Su primer acercamiento fue a través del cine, en particular el cine en blanco y negro y el expresionismo alemán, cuyas atmósferas visuales le enseñaron a mirar de otra manera su propio entorno. Más adelante, durante su formación en Comunicación, encontró en la fotografía documental una herramienta no solo estética, sino profundamente política y humana.Su trabajo actual se enfoca en la comunidad zoque de Tuxtla Gutiérrez, un esfuerzo que nace de la necesidad de conocer y documentar una raíz indígena viva, muchas veces invisibilizada por el crecimiento urbano. Tuxtla también tiene sus propias tradiciones, tiene un pueblo originario que lucha contra una gran ola cultural para reivindicar y decir: ‘los zoques también estamos aquí’”, afirma.Más allá de la imagen, David cree en el poder de la fotografía como puente comunitario.
Lo que más le atrae es la posibilidad de acercarse a otras formas de vivir, de sentir, de creer. “No solo somos nosotros, no solo soy yo; también existen otras personas que viven de maneras distintas, como ellos desean vivirlo”.En 2023 participó en el Encuentro Nacional de Fotografía en San Cristóbal de Las Casas, experiencia que lo impulsó a pensar en la fotografía no solo como archivo, sino como arte, como discurso y como encuentro. A raíz de ello, organizó un taller de fotografía documental en Candilejas Cafetería, en Tuxtla, con el objetivo de compartir saberes, formar comunidad y visibilizar los proyectos que emergen en Chiapas.Aunque recientemente atravesó una pausa creativa, David se encuentra en una nueva etapa de búsqueda y consolidación.
Su próximo objetivo es ambicioso: organizar un festival de fotografía documental en Tuxtla, un espacio que reúna a fotógrafos emergentes y consolidados en torno a talleres, charlas y exposiciones.
Quiere que Chiapas también sea un punto de referencia en la escena fotográfica nacional.Su mensaje es claro y necesario:“Volteen a ver al sur, a Chiapas. Este trabajo se lo dedico a mi tierra. Es urgente reconocer lo que se está haciendo aquí, porque generalmente todo se concentra en el centro del país. Y Chiapas tiene mucho que decir desde la fotografía documental.
Más historias
Payaso por Vocación Diputado por Error.
Arrollan motociclista
Impactante Nacimiento Becerro de Dos Cabezas en Villa Hidalgo, Chiapas.