La ejecución del cirujano plástico César Moisés Galán en Chiapas, ocurrida el 11 de febrero de 2025, fue planeada por Horacio de la Cruz Mazariegos, alias “El Botanas”, líder de una célula delictiva del Cártel de Sinaloa en la región de la Costa y Soconusco. Contrario a versiones que sugieren un cobro de piso, el crimen fue una venganza debido al fracaso de Galán en negociar impunidad con el fiscal regional de Tapachula, César Amín González Orantes, para proteger las operaciones del grupo criminal.
Un informe de la Secretaría Federal de Seguridad revela que Galán, quien mantenía una relación con “El Botanas”, había actuado previamente como intermediario, canalizando dinero del grupo delictivo para campañas políticas del fiscal. Sin embargo, su intento de “comprar” a la Fiscalía General del Estado (FGE) con un millón y medio de pesos no prosperó, lo que desencadenó operativos contra las propiedades y sicarios de “El Botanas”, además de investigaciones por secuestros, extorsiones, desapariciones de migrantes y narcomenudeo. En represalia, “El Botanas” ordenó la ejecución de Galán, un acto que también buscó enviar un mensaje al fiscal.
A través de redes sociales, se ha intentado desviar la responsabilidad hacia grupos rivales, una táctica habitual de “El Botanas” para eludir culpas. La sociedad chiapaneca exige justicia y la captura de De la Cruz Mazariegos, señalado como responsable de la violencia en Tapachula y municipios cercanos, incluyendo recientes ejecuciones en Huehuetán, Tapachula y Tuxtla Chico. La inacción de las autoridades podría convertirlas en cómplices, según la ciudadanía, que reclama acciones contundentes contra la impunidad en la Frontera Sur.
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