Emilio Salazar frustra sueños de jóvenes estudiantes, en Chiapas, les quita vecas que su papá otorgó, por venganza.

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El odio y rencor de Emilio Salazar Farías alcanza a jóvenes estudiantes de escasos recursos.

Muchas veces Emilio Salazar “el gigante del lavado en Chiapas”, buscó el voto de jóvenes tuxtlecos de la zona oriente que en su mayoría son de origen humilde y provienen de padres trabajadores que con mucho esfuerzo invierten en la educación de sus hijos.

Durante décadas el maestro Emilio Salazar Narváez, reconocía a jóvenes que se esforzaban por superarse para otorgarles becas (descuentos de hasta el 100 % en colegiaturas cuando así lo ameritaba) para que continuaran sus estudios.

Ese es el aprecio, respeto, admiración y cariño que muchas familias tuxtlecas le tienen al maestro Emilio Salazar Narváez.

Taxistas, albañiles, pintores, mecánicos y padres de familia que desarrollan diferentes oficios recurrían a la buena voluntad del maestro Emilio Salazar. Lo mismo sucedía con trabajadores del Instituto de Estudios Superiores de Chiapas (IESCH). Sonrientes salían de las oficinas del padre del corrupto ex secretario general del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, al ser beneficiados con becas.

Caso contrario sucede con Emilio “ratazar” Farías, reconocido por utilizar sus cargos públicos para el tráfico de influencias y la corrupción.

Ahora Salazar Farías ha cancelado todas las becas que su padre otorgó a cientos de jóvenes estudiantes de escasos recursos descargando en ellos el odio y rencor acumulado hacia su padre.

La frustración del gigante del lavado en Chiapas, radica en que jamás ha podido superar a su padre pues toda su vida quiso ser como él pero siempre vivió a su sombra.

De esa magnitud es la miseria humana de quien despojó a su padre de su patrimonio y ahora frustra el sueño de jóvenes tuxtlecos que han tenido que abandonar sus estudios profesionales.

Con su carrera política acaba por su perfil criminal, ahora termina con sueños personales.
Su intención es quebrar al IESCH porque es sabedor que en los tribunales federales pronto saldrán un par de resoluciones que le devolverán la escuela al maestro Emilio Salazar Narváez.

Pobre Emilio, debe sentirse tan chiquitito emocionalmente que necesita humillar a jóvenes tuxtlecos para sentirse “reconocido e importante”.

Ese es su más grande vacío emocional que alimenta con su soberbia, la ambición, su deslealtad y la traición.

Es tan grave y grande su ambición por el dinero que asegura será secretario de Hacienda con Eduardo Ramírez Aguilar.

En la primera imagen aparece Emilio Enrique Salazar Farías junto a Alito Moreno, ex gobernador de Campeche y actual dirigente nacional del PRI, señalado de desvío de recursos y de utilizar empresas fantasmas para el enriquecimiento inexplicable.

¡Ah! Al igual que Emilio, también es otro lavador.

En la segunda, cargando sus emociones.

¡Lavador! ¡Lavador! ¡Lavador!